Este objeto fue incluído, principalmente, porque la forma de localizarlo no es simplemente verlo, sino que, estando camuflado como un cuadro de la época, la dificultad radica en que, cada cierto tiempo, la imagen que refleja cambia, obligando al jugador a prestarle atención durante un rato y confundirle, haciéndole pensar si la imagen que muestra el cuadro ha sido así todo el tiempo.

Además, en este caso, no es tanto el objeto en sí lo que genera el problema, sino la tecnología que deriva del mismo. Con ella, los relojes de la torre del Big Ben se actualizaron a relojes digitales con luz, que pretendían dar esperanza a la gente y guiarla, de una forma metafórica. Sin embargo, durante la Primera Guerra Mundial, las luces de la torre ayudaron a los zepelines alemanes a orientarse y bombardear Londres, no sólo zonas concretas como pasó realmente, sino que soltaron sus cargas en zonas residenciales y en los alrededores del reloj. Así, Reino Unido acabó yendo a la crisis económica y no pudo asistir a los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial, que finalmente fue ganada por las potencias del Eje. Como hemos comentado, para localizar este objeto, que se encuentra a plena vista sobre la chimenea del despacho, necesitaremos fijarnos en las imágenes cambiantes que aparecen para notar que el cuadro tiene algo raro.